Parroquia de la Virgen de las Nieves. Noche del 14 de septiembre. El aire huele a nardos y a gloria y en el atril se arremolinan la prosa y versos que Natividad del Rocío Aragón ofreció a la Virgen de los Dolores en forma de una bonita historia que sirve para abrir las puertas del 15 de septiembre en La Rinconada. Como marca la tradición en este acto, fue José Manuel Fuentes, pregonero del pasado año el encargado de anunciarnos y presentar a Rocío Aragón, 27º Pregonera de los Dolores Gloriosos. 

En este Pregón, Rocío nos narra esta historia de amor en siete capítulos, como siete son los puñales que caracterizan a la Virgen de los Dolores. En el primero de ellos, ‘El cuadro de mi madre’, la pregonera comienza a narrar esta historia de “una niña que mirando a un cuadro perpleja quedaba. Y no era un cuadro cualquiera, sino de una Virgen Sagrada, de una virgen bonita que la cabecera de su madre guardaba.», pidiendo a la Virgen de los Dolores guía y ayuda para «mostrarle a mi pueblo, lo que mi corazón guarda”.

En ‘Los piropos de mi madre’, Rocío afianzó su historia desde el atril en el origen de su devoción a la Virgen de los Dolores, su madre y su elección como pregonera. “Que hoy me pongo ante tus plantas, y lo hago por ti y por ella, por todo lo que no dijo, a su Virgen la más bella. Lo haré por mí, y lo haré por ella. Lo más grande de mi vida, Mi madre, dolorosa y rinconera”.

El tercer capítulo se basó en ‘Los Dolores de una Reina’, donde ofreció un didactismo descriptivo de este tiempo que vivimos en torno a la Virgen María, “Y siendo tú pilar sobre el que se construye la excelencia, a mucha gente, en esta tu villa, le cuesta aún comprender que eres Patrona y Alcaldesa Perpetua”.

‘Tras un atril de alabanzas’, Rocío recordaba sus orígenes familiares en torno al mes de septiembre: “Yo nacía en esta Villa, hace justamente 40 años, en casa de una dolorosa de nacimiento, rinconera de pura cepa, hija de Joselito el practicante y Rosarito la de caracol”. Orígenes que se mezclan con el sentir y presencia en el Coro de la Hermandad, para anunciar la llegada de ‘El 15 de septiembre’. “Y ahí va tu cara, entre nardos. Y ahí está tu pueblo, que te espera y aclama, como Reina, Patrona y Alcaldesa de nuestras almas”. Un recorrido emocional que entrelaza versos y prosa para introducirnos en ese día soñado “el quince de septiembre, un día de unión, en mi pueblo querido, late el corazón”.

Y cuando las puertas de la capilla se cierran, Rocío nos adentró en ‘El tesoro que más precio’”, que no es otro que su familia y amigos. Este apartado fue una gratitud dirigida directamente a la Virgen con la especial presencia de todos los rinconeros y rinconeras. “Así celebro hoy, con versos sinceros, a la familia y amigos, mis tesoros verdaderos. Por cada momento, por cada emoción, gracias por ser parte de mi corazón”.

Y el broche a esta historia llegó con ‘Lo eres todo, madre mía’. Aquí la pregonera abrió del todo su corazón para ensalzar a la Virgen de los Dolores desde el atril con sus versos: “Mírame, madre del alma, a esta humilde pregonera, que el tiempo se nos acaba, deja que sea esta hora eterna”.

Y cerrar de esta forma un Pregón que ha sido un canto de amor a una Madre. La del cielo y la de la tierra. “¡Y mira si es grande este amor! letanía de grandeza que a ti te nombramos madre para siempre la alcaldesa. He dicho”.

Rocío Aragón abrió su corazón a todos los rinconeros y rinconeras en un pregón que comenzó a escribirse el pasado 23 de abril, desde entonces no han parado de suceder los momentos de emoción para esta pregonera que ha narrado cómo vive y transmite su devoción a sus familiares y amigos.  

El acto finalizó con la entrega del azulejo conmemorativo que recibía la pregonera, ante la presencia de las hermandades de La Rinconada, de manos del alcalde de La Rinconada, Javier Fernández, junto con el párroco, Álvaro Montilla, y el Hermano Mayor de la Hermandad, Ramón Perza.