Un pregón de carnaval es algo íntimo, que se exterioriza para compartirlo con el pueblo. Un pregón nace de la propia experiencia, de las vivencias de quien o quienes, como en este caso, lo declaman, y pasan del yo (o el nosotros) al todo.

Francisco Rodríguez Galán y Ana Rendón del Río son un matrimonio que ha tenido el “orgullo y la responsabilidad” de pregonar el Carnaval de La Rinconada: “Sentimos, ante todo, un orgullo enorme y una gran responsabilidad al mismo tiempo. De alguna manera estás presentando ‘El Carnaval’ a ‘Tu Pueblo’, y nosotros sentimos un profundo respeto por ambos. Esperamos disfrutarlo al máximo, de hecho, ya lo estamos haciendo, e intentaremos dar lo mejor de nosotros mismos para pasar un rato agradable y divertido, que en el fondo es de lo que se trata”, decían antes de subirse al escenario.

Francisco tiene 55 años y vivió el inicio del carnaval siendo un adolescente que frecuentaba la Peña de Los Fugaos de la Alemania Oriental, con Fernando y Manuel, hasta el punto que lo eligieron para ser el primer Dios del Carnaval, en el año 1987. Y eso le hizo tener que presentar a las distintas agrupaciones, presentar los concursos de disfraces y, en definitiva, convertirse en voz autorizada de un carnaval incipiente, que daba sus primeros pasos en La Rinconada. Eso sí, no era precisamente un novato en la materia, porque, su madre, Marisina Galán, fue una precursora del carnaval en las aulas del colegio ‘Los Azahares’, donde inculcó a multitud de niños y niñas el amor por los disfraces, por las coplas y por una fiesta identitaria de La Rinconada. Además, sigue el testigo familiar, porque su madre ya pregonó las fiestas.

Ana, por su parte, ha pulido la tradición del disfraz creando disfraces individuales, de parejas, de grupo, para los certámenes escolares, para el Baile del Sombrero… siempre pensando, innovando y poniendo su granito de arena para engrandecer una fiesta que, si hoy está donde está, es gracias a personas como ella.

Ana nunca cantó en las tablas del Antonio Gala, aunque sí lo hizo Francisco, con dos cuarteros; ‘Los Carlos Jesús’, en el 94, y ‘La Mari Conan’, en el 95.

Comenzaron agradeciendo a Marisina su aportación al carnaval en las aulas, lo que, en el caso de Fran, se extrapolaba también a una de las múltiples enseñanzas maternas, y contaron cómo se conocieron en el primer Carnaval de La rinconada, aquel que emergió del Pub Acuario con tantos y tantos nombres propios que formarán para siempre la historia de la fiesta. Ellos eran muy jóvenes, “14 y 17 años”, él era el Dios del Carnaval, ella estaba allí, y allí surgió ese amor que llega hasta hoy, que se renueva por febrero y que fundó una familia “alegre y carnavalera”.

Antes de compartir su historia, hablaron de Antonio Gala, cuando visitó el Centro Cultural que lleva su nombre para inaugurarlo, y qué mejor espacio de cultura para albergar al carnaval, porque, “¿no es acaso el Carnaval cultura? Nuestra cultura. Cultura de nuestro pueblo, forjada ya a través de los años”

También hubo tiempo para defender a la cantera del Carnaval, “La cantera hay que cuidarla, en eso estamos de acuerdo”; para hablar del carnaval en la calle, de sus familias, de los disfraces, de cómo comenzó la celebración de los carnavales, del Viernes de Sombrero, de amigos, de memoria… declamaron un carnaval de calle, de fiesta en familia, de currarse los disfraces, “amor a la familia, a los vecinos que se reúnen para coser y preparar sus disfraces o ensayar durante meses y se comparte mucho más que aguja e hilo o guitarras: se comparte la vida”.

Francisco y Ana hablaron de su barrio, La Estacada, que de forma tan decisiva ha contribuido al carnaval: “Viva La Estacada y sus gentes, que de lo poco hacen mucho y de lo mucho, eterno. No se puede estar más presente en el Carnaval de La Rinconada. Familias enteras de artistas y músicos sin pentagramas ni conservatorio, ni YouTube, empeñados en hacernos felices por un instante en febrero”.

También hablaron de Andalucía, aprovechando la coincidencia con el día de la Autonomía. Y esa reivindicación andaluza, ése ser considerada una tierra de segunda por el Régimen Franquista, esa prohibición incluso de celebrar el Carnaval, provoca rebeldía; “Ya nos lo arrebataron una vez y por eso es nuestra obligación cuidarlo, mantenerlo y hacerlo cada año más bonito, más nuestro, más libre, más plural y, en definitiva, mejor”.

Como broche de oro, volvieron a su carnaval, retrocedieron en el tiempo para rememorar su historia de amor y el inicio de la fiesta. Recordando los cuartetos de Fran, reviviendo sus letras en las tablas del Antonio Gala.

La noche acabó con ese dulzor que deja en la boca esos tiempos pasados, idealizados por una infancia feliz, que volvieron a ser los protagonistas, como lo son siempre que se produce un Pregón. Porque pregonar es contar tu relación con la fiesta, el carnaval a través de los ojos propios, y esas historias forman parte del imaginario propio y se recuerdan con amor, mucho amor: “El carnaval está hecho de amor, amor al pueblo que te ha visto crecer y a sus gentes”.

El alcalde, Javier Fernández, acompañado por el edil de Fiestas Mayores, Rafael Reyes, estuvieron disfrutando del Pregón. Fernández quiso, a la conclusión, agradecer su trabajo a los protagonistas: “Fran y Ana nos regalaron un recorrido fascinante por su historia y su amor por nuestro carnaval. Han crecido rodeados de su magia y, con su frescura y cercanía, nos ofrecieron una visión única como protagonistas de nuestros pasacalles. Es un recordatorio de la importancia de nuestras tradiciones y de cómo cada generación aporta su propio toque. Gracias, Fran y Ana, por compartir su pasión con nosotros”.

Por su parte, Rafael Reyes, escribió en sus RRSS: “Frescura. Espontaneidad. Pasión y amor por su pueblo, La Rinconada. Así ha sido el pregón de Fran y Ana. Muchos meses de trabajo y preparación juntos y nos habéis dado lo que todos esperábamos, el pregón de unos rinconeros que viven su carnaval desde la razón que da el haberlo amado desde la calle”.