Olvido Guzmán Pons es una amante de la literatura y ha hecho de ello su modo de vida, licenciada en Filología Hispánica, profesora de Lengua y Literatura, bibliotecaria y escritora. En 2018 recibió el accésit en el XXXV Certamen Literario Villa de San Fulgencio a nivel nacional con el cuento infantil ‘El mirlo’.       Posteriormente al premio, este cuento ha servido para trabajar cuestiones de comprensión lectora, vocabulario, gramática, expresión escrita, e incluso inteligencia emocional con alumnado de la ESO en distintos centros.

Ese mismo año publicó el libro ‘No   hay nadie, creo, en mi árbol’. En 2020 sus microrrelatos ‘Reciclaje’ y ‘Ocultarse o huir’ fueron elegidos para inaugurar el espacio digital para mujeres artistas MUJERART MAGAZINE. Escribió y dirigió el espectáculo poético-musical dedicado a la figura de Antonio Machado, ‘Tras las huellas del poeta’, en el que se combinaba de forma dinámica, pedagógica y amena, narración, poesía y música.

Con esta trayectoria dedicada a la literatura y a su amor por los libros, ha llegado a Estación de las Letras de La Rinconada para presentar su cuento infantil ‘Julia y el mar’, una historia inspirada por su sobrina y que está dirigida a niños y niñas a partir de 8 años.

El Centro Cívico Los Silos ha sido el escenario elegido para este encuentro literario en el que la autora ha estado acompañada por su sobrina Julia, protagonista de la historia, y de Rosa Hidalgo en una lectura dramatizada del cuento de las tres y que ha contado con un público infantil entregado.

‘Julia y el mar’, ilustrado por Pilar Sánchez Díaz, también presente en este acto, cuenta la historia de una niña de ocho años cuya pasión por el mar se despierta cuando su maestro habla de él en la escuela. Gracias a la misteriosa bibliotecaria, la pequeña tiene acceso a ciertos libros sobre leyendas y mitos, y también sobre la fauna marina. 

“El cuento está inspirado en mi relación con mi sobrina Julia, cuyo amor no deja de alimentarla ni un instante”, señala Olvido Guzmán. Además, destaca que la obra trabaja valores educativos como la responsabilidad, “Julia reconoce las dificultades económicas de su familia y es comprensiva. Una vida de poca o ninguna ostentación, bastante austeridad, y algún   aprieto de vez en cuando la hacen adquirir madurez y entender que, tras cada gasto extraordinario, hay un esfuerzo también extraordinario”; la gratitud; el tesón, “Julia es una niña cuya intuición la llena de una fuerza interior que la lleva a alcanzar aquello que anhela”; la imaginación, “aparte de la cantidad de seres, animales raros y personajes extraordinarios que descubre en los libros que lee, el personaje de la bibliotecaria, entre lo mágico y lo real, encarna perfectamente esta cualidad”; la magia, “un ingrediente que no puede faltar en un cuento infantil”.