Un numeroso grupo de fieles acompañaron al santo en su reencuentro con su pueblo hasta la finca El Toril para vivir un soleado día de convivencia, de familia, de cantos y culto, tras dos años de ausencia por la pandemia
A primera hora de la mañana, con la salida del sol, la Agrupación de Romeros de San Isidro Labrador se daba cita en la Parroquia San José para volver a vivir, tras dos años de parón por la pandemia, su tradicional romería.
En torno a 500 personas, entre fieles, miembros de hermandades y familias decididas a engrandecer la fiesta, emprendieron el camino por las calles de San José rumbo a El Toril, tras la carreta del santo tirada por bueyes. Bajo un sol propio de primavera, al son de la flauta y el tamboril, entre caballos, bailes y risas, se disfrutó de un gran día de convivencia, tan esperado como inolvidable, que volvió a dejar imágenes para el recuerdo como la espera, de vuelta, por la Carretera Bética o una petalada y sevillanas desde el balcón a su paso por la calle Madrid.
El delegado de Fiestas Mayores, Rafael Reyes, que los acompañó durante todo el recorrido, junto a otros miembros de la corporación municipal, destacó el gran trabajo realizado por la Agrupación, y se mostró muy contento de poder retomar esta costumbre tan anhelada por los vecinos. “Hermoso día de convivencia, encuentro y homenaje a nuestro campo y su gente. Nuestro pueblo no olvida sus orígenes”. Además, resaltó que “desde el Ayuntamiento velamos por tradiciones tan arraigadas como éstas, por eso estamos al lado de la Agrupación no sólo económicamente sino con el respaldo y apoyo institucional, empujándolos a conseguir lo que se propongan”.
Por primera vez, previo a la peregrinación, la Misa de Romeros se celebraba la tarde anterior, oficiada por el párroco Alberto Mediavilla, cantada por un grupo rociero y dónde se hizo entrega de medallas a los nuevos fieles. Presente estuvo el alcalde, Javier Fernández, que les deseó un bonito reencuentro con San Isidro por las calles, y destacó que “ser un pueblo moderno, en constante desarrollo y que avanza cada día es tan importante como mantener nuestras raíces y tradiciones”.
El pasado 2 de octubre se realizaba el tradicional Paseo de Caballos anunciador, en el que participaron un centenar de caballistas. Salieron desde la Torre del Cáñamo e hicieron un recorrido por las calles de San José, llegando por primera vez a la Plaza España de La Rinconada, haciendo ofrendas por las diferentes hermandades.