El San José se impuso en los penalties al Montequinto en la vuelta de las semifinales de la Copa RFAF, logrando su pase a la final, en la que se enfrentará al Palomares, que también eliminó desde los once metros al verdugo del Rinconada, el Mairena. El portero Sebas, que detuvo tres lanzamientos, se convirtió en el héroe de un partido en el que lo cañameros perdonaron dos disparos que le hubiesen dado la clasificación hasta que Pepe Calderón, que volvía a vestirse la elástica azulina, batía al ex rinconero Álex Fernández y desataba la alegría en el Felipe del Valle.

Pero vayamos por partes. El San José empezó el partido eliminado, después del 1-0 de la ida. Los hombres de Juan Carlos Menudo se vieron superados en un inicio fulgurante de los nazarenos, pero, aprendieron la lección y el duelo de vuelta fue completamente distinto.

Los cañameros empezaron mandando, aprovechando las dimensiones y la superficie del Felipe del Valle para acular contra su área a los de Alexander Mark desde el inicio. Eso sí, los de Menudo tenían dificultades para finalizar jugada y así, ni Raúl Cabrera ni Álvaro Pérez, pudieron encarar la portería contraria al darle demasiada salida al esférico.

Los visitantes buscaron la contra y, cuando tuvieron la más mínima oportunidad, lanzaron a puerta. Eso sí, Sebas apenas tuvo que intervenir. El dominio azulino era claro, pero no cristalizaba en ocasiones claras de gol, aunque, eso sí, daba la sensación de que el partido se le iba a hacer muy largo al Montequinto, quienes abusaban de Juan Benítez, que se metía entre los centrales para iniciar jugada, presionaba al rival, ejecutaba a balón parado y tenía –aunque no lo consiguió- que marcar goles. Selu del Castillo, que sustituía en la medula a su tocayo de apellido, Pablo, estuvo a buen nivel, pero Josué, que tanto daño había hecho en la ida, casi no apareció.

A todo esto, llegaba el minuto 34 y, aunque no se destacaban ocasiones muy claras, sí había un dominio que hacía presagiar que el gol llegaría más pronto que tarde. Y así fue. David López sacó un córner al segundo palo y allí, Barajas, de volea, mandaba el balón a la escuadra lejos del alcance de Álex Fernández. De ahí al descanso, la tónica no cambió mucho, con un San José más incisivo y un Montequinto que seguía preocupándose más de defender y de buscar alguna contra.

En la segunda mitad, Menudo agitó el avispero para buscar el segundo gol. Retiró a Francis por el canterano Rubén Gómez y el chaval, al poco de entrar al campo, aprovechó un balón a la espalda de la defensa para anotar el 2-0, que daba el pase a la final a los cañameros. Era el minuto 68 y los azulinos tenían veinte minutos para certificar el pase.

Sin embargo, en el tramo final cambiaron las tornas. Los nazarenos se fueron arriba –no les quedaba otra- y el San José dio un paso atrás para mantener la renta. No es que renunciara al ataque. De hecho, pudo sentenciar la contienda Álvaro Pérez en un mano a mano que deshizo el portero. Pero en el 92, tras un córner y una serie de rechaces, el balón le cayó a Caye que batió a Sebas y puso el 2-1, con el que el partido se iba a los penalties.

El jarro de agua fría para el San José, que se veía en la final, no duró mucho, porque Sebas paró el primer lanzamiento a Alberto en la tanda. Luego, Pipi, Said, Cabana y David López anotaron sus lanzamientos, sin que el Monteuinto volviera a fallar. El último disparo, obra de Álvaro Pérez, que había vuelto al campo para lanzar una pena máxima, lo atajó Álex Fernández, lo que llevaba la tanda a la muerte súbita.

Primero lanzó Moi y, otra vez, Sebas paró el lanzamiento. Si Pitero marcaba, ganaba el San José, pero el ex del Ayamonte lanzó al palo. Luego disparó Caye, el autor del gol visitante y, de nuevo, Sebas se hizo grande y despejó el lanzamiento. Le tocaba a Pepe Calderón, quien no falló y desató la alegría en las gradas del Felipe del Valle.

El Palomares, que ganó 2-0 en la ida al Mairena y perdió por idéntico resultado en la vuelta, ganando en los penalties por 2-4 en el Nuevo San Bartolomé, será el rival de los de Juan Carlos Menudo.