Otoño Literario cierra edición y lo ha hecho con el dramaturgo y director teatral Alfonso Zurro. Un encuentro literario conducido por el presidente del Craes y también actor y director, Rafa Coca, en el propio centro y que ha contado con un público joven, estudiantes del Bachillerato de Artes Escénicas del IES Carmen Laffon y alumnado de La Incubadora.

La I Teniente de Alcalde y delegada de Cultura, Raquel Vega, ha dado la bienvenida a Alfonso Zurro y ha destacado que “casi una veintena de autores y autoras han participado estos meses en Otoño Literario, programa que da continuidad a Estación de las Letras y que forma parte del Pacto por las Letras. La Rinconada está llamada a convertirse en Ciudad de los libros y protectora de la lectura y en esa línea venimos trabajando. En esta edición ha tenido especial protagonismo el género dramático que se ha fundido con la programación de nuestros Centros Culturales. Tuvimos a Alejandro Palomas que estuvo también aquí, en el Craes, para hablar de su obra literaria, así como de su espectáculo ‘Dicen las madres’, un monólogo poético que es un homenaje a las madres y que puso sobre las tablas del Antonio Gala. Hoy contamos con Alfonso Zurro que también está en nuestra programación con ‘La violación de Lucrecia’ de la que es autor y director”. Así, Vega ha señalado que Zurro “forma parte de La Rinconada, desde hace muchos años, al que desde el área de Cultura entregamos el Premio Factoría Creativa de las Artes Escénicas en 2017. Un actor premiado, con una vocación innata por el teatro, cuya forma de escribir es sin imágenes, no concibe la acción ni las escenas, al que no le da miedo entrar en grandes temas y momentos históricos, sobre todo si ofrece una visión que puede ayudar al público a plantearse dudas y que afirma que el teatro nos ayuda a pensar”.

Este autor “mago del tiempo” —tal y como lo ha llamado Rafa Coca— ha iniciado el encuentro recordando su relación con La Rinconada, “en la que tuve la suerte de estar cuando no había teatros, luego estuve en la inauguración del Antonio Gala, de la Villa y considero que sois un ejemplo a seguir para muchos pueblos y ciudades de este país”.

Acto seguido ha hablado sobre ‘La violación de Lucrecia’ de la que es autor y dirige en Teatro Clásico de Sevilla. Así, Alfonso Zurro ha explicado que en esta obra “tenemos un suceso que ocurrió en Roma en el 500 antes de Cristo. Yo lo tomo de un poema de Shakespeare, muy barroco y largo, un poema complicado de leer. Y de repente me doy cuenta que en este país empiezan a suceder violaciones de gente muy joven, que actúan en grupo y me parece estremecedor, no lo podía entender. Cogí el texto de Shakespeare y subrayé lo que veía que podía ser contemporáneo, de 1.000 versos me quedé con 20 o 30”.

Este proceso implicó, según Zurro, “mucho tiempo, entre año y medio en escribirlo”. En la obra Lucrecia se convierte en otras Lucrecia. “Es una obra que se desarrolla en dos tiempos, en los tiempos de Roma y en el actual, dos tiempos que se van contando y que el espectador al principio no ve, para al final fundirse y que pase a ser lo mismo. Los espectadores saltan de un lado a otro y sin red, sin saber lo que le va a pasar emocionalmente en todos los sentidos”.

 “Hay tantas Lucrecia dentro de la obra, incluso una llega a cuestionar a Shakespeare. Fue un trabajo lento con la actriz, Lorena Álvarez. Primero teníamos que descubrir cada frase de dónde venía, de quien era. No quería caer en lo lacrimoso y que el dolor nos impidiera el entendimiento…. La actriz, como mujer, había vivido cosas y yo no quería que eso saliese, el mundo del escenario es para el espectador y no para lo que le pasa al actor, o a la actriz o al director”, ha apuntado.

Preguntado cómo ha sido escribir un monólogo de un personaje femenino, el dramaturgo ha explicado que “toda mi infancia ha sido rodeada de mujeres y educado por mujeres. Yo sé que somos seres humanos y que hay gente mala y tenemos que buscar lo bueno. Las mujeres de mi vida se reunían por las tardes y hablaban, era un mundo maravilloso y todo me entraba por el oído”. También en ‘A solas con Marilyn’ el autor hace un monólogo de un personaje femenino. “Te tienes que poner en el otro lado y escribirlo en otro terreno”.

Salmantino de nacimiento, toda su vida teatral ha tenido lugar en Sevilla. Una pasión por el teatro que, como ha contado, se despertó en su Salamanca natal, con los belenes vivientes de la parroquia, del que nunca pasó de pastorcito, pero que “me inoculó, sin darme cuenta, el veneno del teatro”. Luego fue muy importante su etapa adolescente en la que veía obras de Henrik Ibsen, Buero Vallejo o Shakespeare. También tenía un profesor que los hacía leer teatro. Ya en Sevilla, con una cooperativa de teatro, descubrió que era bueno solucionando problemas en la escena. “En la siguiente obra mis compañeros me propusieron dirigir. Veníamos de la universidad, éramos unos pedantes y pijos que hacíamos obras de autores extranjeros, pero cuando íbamos a los pueblos no llegábamos a la gente y, ahí, decidimos hacer teatro popular, yo había investigado los romances de ciegos e hice versión y quedó bien. A partir de ahí empecé a escribir teatro como una necesidad para mis compañeros”.

Ha reivindicado Alfonso Zurro a los autores dramáticos andaluces: “Falta apoyo, estamos muy perdidos, abandonados, en la autoría teatral nos cuidan poco. Se podría mejorar si hubiera una clara intención política”.

Además, ha afirmado que lo más importante que ha aprendido es que “hay que ser honrado con el público y que tu trabajo sea digno y verdadero, que no te arrepientas”. Sobre la censura que se está viendo en los últimos años en el mundo del arte ha subrayado que “de las artes, el teatro es la más directa y la más peligrosa para los que ocupan el poder. Si el teatro empieza a decir cosas que no gustan a quienes ostentan el poder, lo acallan”.