El Rinconada se dejó dos puntos ante el Pedrera y, aunque siguen en la segunda plaza con un colchón importante de puntos, sigue sin transmitir las mejores sensaciones en los últimos encuentros, donde ha tenido que esperar al final para resolver ante el Torreblanca y el Puebla, y se dejó dos puntos ante la Peña Rociera. La baja de Ángel, que ha faltado en tres de las últimas cuatro jornadas por molestias, se ha notado, porque el ex del Torreblanca era uno de esos jugadores diferenciales.

Ante el Pedrera, con la dificultad añadida que entraña el agua, los rinconeros comenzaron de la peor manera posible. Un balón sacado por Lluelma de forma horrible, fue a parar a Guerrero, quien encaró al guardameta y los batió de tiro raso, poniendo cuesta arriba el choque a los rinconeros desde el inicio.

Sin embargo, el potencial ofensivo de los de Raúl Carmona, que había colocado a Samu como central, en el lugar del sancionado Manu Gallardo, en detrimento de Segurola, que veía el partido desde el banquillo, estaba fuera de toda duda. Segura empezó a ganar profundidad por la banda diestra y Cuevas tuvo un par de intentos que no encontraron la portería.

En el minuto catorce, un balón desde la derecha que nadie acertó a rematar la cayó en la izquierda a Kisko, que estaba libre de marca y que, en el mano a mano, a Fran para poner de nuevo las tablas en el marcador.

Con el empate a uno hubo una nueva temeridad de Lluelma que sacó el murmullo en la grada y también una internada de David Cuevas, que fue trabado en el área. El Pichichi no se fue al suelo, sino que intentó continuar la jugada y, por ello, el juez de línea, Rubio Ríos, y, por tanto, la colegiada, Sabido Gallego, no decretaron penalti, a pesar de las protestas del banquillo local.

En el 27, otra internada de Segura por la derecha, acabó en un centro que, esta vez, si cazó Josemi en el punto de penalti para, de primeras, ponerla en el fondo de la red y culminar la remontada. Parecía que, con el 2-1 y el potencial ofensivo rinconero, ante un equipo que se veía obligado a dejar espacios, la victoria estaría muy cerca, pero nada más lejos de la verdad.

Los rinconeros se atascaron y, aunque es evidente que tuvieron ocasiones para ampliar la renta, no demostraron ese dominio incontestable de otros encuentros. Los de la Sierra Sur, por su parte, se asomaban a la meta de Lluelma y generaban más intranquilidad en la parroquia rinconera que peligro real.

En el minuto 58, una desaplicación defensiva del Rinconada, en la que los locales reclamaron fuera de juego, acabó en Guerrero, que anotó el segundo de su cuenta particular y, de paso, devolvió las tablas al marcador.

De ahí al final, fue un quiero y no puedo del Rinconada, que tuvo alguna ocasión para marcar, pero que anduvo lejos de la brillantez de otros duelos.

Ahora, los pupilos de Raúl Carmona tienen dos duelos complicados a domicilio. Primero tendrán que visitar el Rafael Beca de Isla Mayor para juegar con el Villafranco, y después ir hasta Casariche, donde espera el Ventippo en el Sergio Carnerero Gil. Lo mejor es que la renta de los de Raúl Carmona sigue siendo de cinco punto respecto al tercero y de siete respecto a los Play Offs, un colchón que permite afrontar los próximos encuentros con la tranquilidad necesaria para no caer en la precipitación y recuperar la senda del triunfo.