Se ha convertido en un referente dentro de la provincia, un importante yacimiento de empleo directo e indirecto y una pieza fundamental en el futuro corredor verde y el eje del agua de La Rinconada
El 12 de octubre se cumplen diez años de la apertura al público del parque El Majuelo, “un vergel a orillas del viejo Betis”, como tituló el periódico municipal Toma Nota en su día, que se ha convertido en mucho más que eso, siendo un referente en las zonas verdes de la provincia, un importante yacimiento de empleo, tanto directo como indirecto, y una pieza fundamental dentro del engranaje del municipio de cara al futuro corredor verde y el eje del agua de La Rinconada.
El Majuelo nació con 90.000 metros cuadrados y más de 1.000 plantas de 40 especies diferentes, 40 merenderos, 24 barbacoas, dos zonas acotadas con juegos infantiles, kiosko bar, embarcadero, aula de la naturaleza, observatorio astronómico y zona de aparcamientos, pero ha ido creciendo con los años para adecuarse a la creciente demanda ciudadana, no sólo del municipio, sino de toda la corona metropolitana. Así, se han ampliado la zona de aparcamientos en 400 plazas, incluidas para bicicletas, motocicletas, personas con discapacidad y autobuses lineales, y se han definido la primera parte del carril bici y del peatón.
Durante la década ha sido también un importante fuente para generar puestos de trabajo directos, derivados de las propias necesidades que requiere la instalación para su conservación y mantenimiento, e indirectos, como la gestión de distintos servicios, como el aula de la naturaleza o el bar, sin olvidar las empresas que se han creado y circunscriben buena parte de su actividad al propio parque como Ecoeduca.
Importancia futura
El parque el Majuelo no sólo limita su importancia al presente, sino que está previsto que sea una parte fundamental del futuro cinturón verde que, a lo largo de 25 hectáreas rodeará el municipio, enlazando con el Cerro Macareno, la Avenida de La Unión, el paseo del Almonazar y el futuro parque de Las Graveras, formando parte con ello, del denominado por el alcalde, Javier Fernández, como ‘Eje del agua’, que conectará a través de zonas verdes el Guadalquivir con la antigua gravera en desuso donde se creará un parque de 15 hectáreas.