El escritor madrileño ha presentado en Estación de las Letras ‘Cien noches’, Premio Herralde de Novela 2020, una obra sobre la infidelidad, la promiscuidad, el deseo y la ciencia. Una novela erótica y negra que explora las formas que adoptan las mentiras
En su séptima semana, Estación de las Letras, la Feria del Libro de La Rinconada, continúa con su programación contando con autores de primer nivel del panorama literario nacional. En esta ocasión, el público lector pudo disfrutar, en la Hacienda Santa Cruz y a través de streaming, del escritor Luisgé Martín, que, conducido por el periodista y escritor Fernando Iwasaki, presentó su obra ‘Cien noches’, Premio Herralde de Novela 2020, y donde habló de sus obsesiones plasmadas en sus escritos.
La delegada de Cultura, Raquel Vega, dio la bienvenida al escritor madrileño a “esta nueva ruta de este tren de los libros, un viaje literario que arrancamos en primavera, con la literatura como protagonista y que nos ha permitido conocer a Najat al Hachmi (Premio Nadal), Lorenzo Silva (Premio Planeta), Eva Sáenz de Urturi (Premio Planeta), Víctor del Árbol (Premio Nadal) o Irene Vallejo (Premio Nacional de Ensayo), entre muchos otros, y los que aún nos quedan por conocer. En junio entregaremos el Premio Factoría Creativa de las Letras 2020 a Antonio Muñoz Molina, y seguiremos con nuestro otoño literario”. Sobre Luisgé Martín, Vega señaló: “dicen que empezó a escribir al mismo tiempo que aprendía caligrafía y descubrió la literatura como adicción, al tiempo que descubría a Enid Blyton, Alejandro Dumas, Dostoievski y Julio Cortázar. Amplia trayectoria en el mundo editorial, el periodismo, la administración pública, es un activista defensor de los derechos del colectivo LGTBI, la igualdad y los derechos humanos. Es autor de ocho novelas y tres libros de cuentos, además de algunas ediciones de autores clásicos y numerosos relatos aparecidos en revistas y en volúmenes colectivos. Con una literatura donde profundiza en lo existencial, en la aceptación de la vida, con un leitmotiv muy importante en torno al amor y a la supervivencia”. También estuvieron acompañando al autor, la delegada de Igualdad y Diversidad, Noelia Ramírez, así como, una representación del Punto Visible LGTBI+ de La Rinconada.
Tras la presentación, Fernando Iwasaki tomó el testigo del encuentro. El escritor explicó que “quiero abriles el apetito de leer a Luisgé a través de sus obras. Decía Berlanga que “algunos libros se leen con una sola mano” y ‘Cien noches’ es así. Voy a dar cuatro ideas sobre la novela, se trata de una investigación científica, un estudio académico que tiene como tema la infidelidad. La autora de este estudio es Irene que para poder tener una idea cabal de la infidelidad no sólo tiene que conocer a personas infieles sino ir más allá. Es una novela que tiene sexo, política, ciencia y crimen”. De este modo, partiendo de esas cuatro temáticas, Iwasaki ha conversado con Luisgé Martín sobre su obra literaria.
Sexualidad
En cuanto al sexo, Iwasaki preguntó a Martín si todas las obsesiones, los temas que ha escrito en libros anteriores, en ‘Cien noches’ ha encontrado una nueva fórmula para enfocarlo. A lo que el escritor respondió: “No sé si ‘Cien noches’ tiene un camino que no estaba en libros anteriores, la protagonista es una mujer, que habla en primera persona, contada desde su punto de vista y permite cerrar un círculo de lo que estaba en todos mis libros anteriores. Quitando ‘La dulce ira’ (1995), mi primera novela, que es una especie de defensa moral de la venganza, no recuerdo que incurriera en esos aspectos sexo afectivos, en el resto de mi obra sí, desde el primer libro, que es el libro de cuentos ‘Los oscuros’ (1990) hasta, sobre todo, ‘El amor del revés’ (2016) que es esa autobiografía sentimental en la que yo cuento cómo a los 14 años descubro que soy homosexual y paso de sentirme una cucaracha a veintitantos años después casarme con mi marido. Ese viaje sirve de llave para entender toda mi obra. ¿Por qué me interesa la sexualidad oscura, la que no se habla tanto, la que no se predica? Yo creo que es por eso, porque durante muchos años de mi vida viví la sexualidad como algo pecaminoso, culpable, verdaderamente terrible y eso me llevó a indagar, a reflexionar, a mirar por el ojo de la cerradura a la gente. Me interesa como lector y escritor, hurgar en eso que escondemos. ‘Cien noches’ es un paso más redondeado, con esa coartada académica científica, de lo que son los temas de mi obra”.Política
En cuanto al tema de la política, Fernando Iwasaki destacó que en todas las obras hay elementos que dialogan con la política. En ‘Cien noches’ está el personaje de Claudio, un puente con otra novela ‘Las manos cortadas’ (2009) ambientada en Chile y en la dictadura de Pinochet.
Luisgé Martín respondió que también vuelve a hablar de sí mismo. “Igual que en la sexualidad tengo una biografía que me hace mirar en penumbra. No sé por qué la política me interesa tanto y, sin embargo, soy una persona absolutamente politizada. Nací en la transición, pero mi familia no tenía interés ni pasión por la política. En mi literatura aparecía renqueante porque estaba más centrado en lo sexo afectivo. Es verdad que en mi primer libro hay un cuento que está ambientado en Chile, la historia de un desaparecido y, seguramente, si rastreo, en muchos de los libros hay historias en las que la política aparece. Un buen día me dije que quería hacer una novela política, que reflejase mi forma de mirar el mundo, desde ese punto de vista de cómo organizamos las sociedades, el valor de lo público, la tolerancia, la libertad, la intolerancia, todo eso”.
Y nace su novela ‘Las manos cortadas’, tras ver en el Festival de San Sebastián el documental ‘Allende’ de Patricio Guzmán. Un personaje del que sabía sólo la superficie. Empezó a leer, a investigar, viajó a Chile y todo ello dio lugar a esta obra. “En este libro acabé escribiendo también sobre identidad, dobles vidas, traición, infidelidad, Allende era un infiel declarado, al final lo que no se puede negar es que soy un escritor obsesivo, que creo que es lo que define a un escritor”. En ‘Cien años’, aparece el personaje de Claudio, argentino que ha vivido una dictadura y que muere y hay toda una trama policiaca para averiguar la verdad.
Policial y crimen
Como destacó Fernando Iwasaki, la obra de Luisgé Martín se mueve por la vertiente policial, el crimen y la doble vida.
“El crimen tiene que ver con mi decisión en un determinado momento de que lo que el escritor no debe hacer es aburrir nunca, tiene que haber tensión narrativa. Pero también es verdad que el crimen en sí mismo me interesa muchísimo como autor”. Martín contó la historia de una mujer que asesinó a su hijo y pasaron dos años hasta que encontraron el cadáver, sin que en ese tiempo nadie se hubiese percatado de la ausencia del niño. “A mí ese tipo de personajes, meterme en la mente del monstruo, ese compartir como hizo Truman Capote en ‘A sangre fría’, esa atención desde fuera por el mal, me sigue deslumbrando literariamente. En estos tiempos tan convulsos, en los que uno abre twitter y ve la maldad, en los que uno percibe que la maldad está ganando, a mí me fascina como escritor. Me apetece escribir sobre aquello que no entiendo. Qué es esto de la muerte, el crimen, el mal absoluto. Esas cosas que sobrepasan la capacidad de comprensión de lo normal”. Investigación científica
Otro elemento que aparece en su obra es la investigación científica. Fernando Iwasaki afirmó que el autor de ‘Cien noches’ es capaz de citar estudios para iluminar zonas oscuras de la condición humana. En la novela es parte del argumento, una investigación sobre la infidelidad.
“Esa obsesión que tengo desde mi primer libro para enfriarme a mí mismo, es decir poner la ciencia, el método, la precisión técnica, me ayuda a mantener la distancia”. En ‘Cien noches’ a través de un experimento antropológico se investiga a seis mil personas para elaborar una estadística de los comportamientos sexuales de las mismas. “Leí una encuesta del CIS sobre los hábitos sexo afectivos de los españoles y algo más del 50% de hombres y un porcentaje un poco menor de mujeres reconocían ser infieles”. De los que no se declaraban infieles y les preguntaban si tenían deseo por otra persona, el 85% decía que no. “Ese tipo de mentiras tan evidentes, cuando nos preguntan y mentimos tiene que ver con la cultura y el sexo. Mi planteamiento es que a mí me gustaría hacer como el millonario de ‘Cien noches’, espiar al 50% que dice que no es infiel para ver si es verdad. Ese es un poco el proyecto Coolidge del que habla la novela”.
'Cien noches' incluye el cameo de varios escritores amigos de Martín con 'relatos infieles': los expedientes de los detectives que comprueban las infidelidades. En ese ejercicio han participado Edurne Portela, Manuel Vilas, Lara Moreno, Sergio del Molino y José Ovejero. A esos expedientes y a la exploración de la sexualidad, se suma la trama de novela negra: la protagonista del libro Irene, una investigadora privada que ha estudiado Psicología en Chicago, se enfrenta también a la muerte de su novio, en un thriller por resolver su asesinato.
Por último, el escritor ha hablado de la belleza que “puede llegar a ser algo monstruoso. Mis momentos de mayor religiosidad tienen que ver con la propia contemplación de la belleza. Gente que llega a desconfiar del mundo por su propia belleza. Como le ocurre a Irene al principio, cuando un amigo suyo la agrede sexualmente y se da cuenta de que ese gustarles a los hombres tiene otra cara”. También su libro ‘La muerte de Tadzio’ (2000) es una reflexión sobre la devastación de la belleza física.
Preguntado por el público si tiene pudor a la hora de escribir determinadas historias, el autor ha contestado que durante mucho tiempo fue pudoroso, “escribí dentro del armario, pero tras ‘Los amores confiados’ (2005) ya no sólo no ha habido pudor, sino exceso. Literariamente no soy pudoroso. Suelo ser un gran confesor, incito a la gente a que me cuente sus secretos más íntimos”.