El Rinconada comenzó con buen pie su andadura en la Copa RFAF y, de paso, mandó un aviso a navegantes de cara al inicio de la competición liguera, al superar claramente a otro de los grandes favoritos a estar en la zona noble de la clasificación, como el Mairena.

El partido, a pesar de las fechas en las que nos encontramos, fue pleno de intensidad y, por momentos, saltaron chispas, dada la rivalidad entre ambos contendientes y los antecedentes de la temporada pasada.

En los rinconeros, se estrenaban Selu en el lateral derecho, Manu Gallardo en el eje de la zaga, y Tejada y Ángel en el centro del campo. En la segunda mitad, también jugaron Samu, Benítez y Luis Cubero, de los fichajes de este año. Por su parte, en los alcoreños, se estrenaba la dupla ofensiva de Pedro Jiménez y Benja Caro, el año pasado en el Alcalá, y jugaba también el ex cañamero Juli, proveniente del Central, en el eje de la zaga. Otro ex cañamero, Alemán, era titular en el centro del campo y fue él, junto con el portero, Cucu, el destinatario de las protestas de los aficionados, sobre todo a raíz del primer gol, que fue un zapatazo de Kisko desde casi el centro del campo que sorprendió al arquero. En el momento del disparo, Figueras estaba en el suelo y los de José González ‘Che’ reclamaban precisamente eso, que estaba esperando a que el futbolista fuera atendido y Kisko se aprovechó de ello.

Ni que decir tiene que la jugada calentó muchísimo un partido en el que ya había cuentas pendientes después de lo ocurrido el pasado año en el Nuevo San Bartolomé, con algunas entradas que quizás el arquero, Domínguez Luna, debió cortar con cartulinas.

El dominio era el Rinconada, que sabía esperar y abrir el campo con una velocidad endiablada a la contra, que rompía a los zagueros alcoreños. Así, en el 44, llegaría el segundo tanto, después de una buena combinación en línea de tres cuartos que acabó en los pies de Kisko en la izquierda del ataque. Encaró, disparó y, tras dos rechaces, Cuevas encontró el balón en el área chica para poner el segundo en el electrónico del Nuevo Ramos Yerga.

En la segunda parte hubo poca historia. El calor y las fechas en las que estamos pasaron factura y el nivel bajó, aunque la tensión seguía siendo máxima, con algunas entradas fuera de lugar y algunos piques “excesivos” entre integrantes de ambos equipos. Lo que no hubo apenas fueron ocasiones de gol y, lo más positivo para los rinconeros es que, en ningún momento, se vio peligrar la ventaja en el marcador.

El sábado a las 20:00 horas se jugará la vuelta con el arbitraje de Plaza Molina y, aunque el partido será otra historia, la ventaja de los de Raúl Carmona les permite afrontar el choque con relativa tranquilidad.