El San José lleva un mes para olvidar. Desde la victoria en Puebla, el equipo, por la razón que sea, se ha caído. La derrota ante el Pedrera, por la forma en la que sucedió y por lo inesperada, el derbi, por el resultado, el rival y las connotaciones del partido, y la ida de la Final de la Copa RFAF frente al Palomares, en la que la imagen del equipo llegó casi a tocar fondo. Luego estuvo la derrota ante el Betis C, que es otro nivel, y el empate ante el Ventippo, con una actuación arbitral muy discutida.

El caso es que de los últimos cinco partidos que había jugado, había perdido cuatro y empatado uno, y eso para la exigencia de un conjunto como el cañamero, era un bagaje muy pobre, suficiente para que se afilen las uñas y surjan voces críticas con la gestión directiva y técnica, y con el trabajo de la plantilla. La memoria en el fútbol es corta y los rumores de idas y venidas, de los que nadie se libra, máxime cuando no salen las cosas, empezaban a intoxicar el ambiente, poniendo en cuestión la calidad de la plantilla y el trabajo detrás de la confección de la misma.

Con toda esa losa sobre los hombros salió al césped artificial del Rafael Beca de Isla Mayor el equipo azulino y Juan Carlos Menudo, pero el peso duró solo dos minutos, que fue el tiempo que tardó Pepe Calderón en poner con música un córner, que parecía que se colaba Olímpico, pero que, por si las moscas, Barajas empujó a la red para adelantar a los azulinos.

Los precedentes, la juventud del colegiado, Urbano Castro, y el césped artificial, complicaban aún más el partido a priori, pero el San José se adaptó bien a la superficie y el colegiado no se arrugó en ningún momento, más bien al contrario, con dos expulsiones en el Villafranco y los precedentes se quedaron en simples estadísticas, porque en el 18, Barajas, tras un pase de Mario Espinar, se lo guisó y se lo comió para buscarse un hueco para el disparo y poner el 0-2. Y en el 30, tras un pase en diagonal espectacular de Javi Lozano, enganchó una volea no menos espectacular sin dejarla caer y marcó el 0-3 sellando uno de los goles de la temporada.

En la segunda mitad, el Villafranco se quedó con diez por la expulsión de Alejo, que derribó a Rubén cuando le había ganado la espalda. Y fue precisamente el canterano el que cerró la cuenta con el 0-4, tras un pase de Pipi, que había entrado en la segunda parte.

Los de Menudo no quisieron hacer sangre, aunque Álvaro Pérez tuvo dos ocasiones muy claras para hacer más sangre, pero el marcador ya no se movería, dejando al San José a tres puntos de los Play Offs y con dos duelos directos por delante en casa a la vuelta de vacaciones ante el Osuna y el Alcalá, respectivamente.

Antes, llegará el duelo de vuelta de la final dela Copa RFAF ante el Palomares, en el Felipe del Valle, lo que supondrá la vuelta al estadio tras la resiembra, con la obligación de remontar el 3-1 de la ida. De lo que acontezca en estos tres partidos, se dilucidará el devenir cañamero en la competición.