La intervención en el presbiterio de la parroquia ha concluido con éxito, y el próximo 27 de febrero será bendecido y “reinaugurado” por el arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz Meneses. El Ayuntamiento de La Rinconada ha colaborado en la restauración del retablo
El retablo mayor que preside la iglesia Nuestra Señora de las Nieves ha vuelto a su templo, tras un intenso trabajo de restauración que ha durado siete meses, con el que se ha logrado recuperar uno de los bienes más singulares de la localidad: un retablo barroco de gran calidad artística y con una interesante imaginería. Su estado de conservación era crítico debido a un grave ataque de termitas que afectaba hasta el ático, comprometiendo su estabilidad e integridad estructural con riesgo inminente de desplome. De hecho, varias imágenes llegaron a caer al suelo por la falta de sujeción, debido a la pérdida de material del soporte. Esta situación hizo necesaria una actuación de urgencia.
La restauración se ha llevado a cabo en un espacio cercano a la parroquia, cedido por el Ayuntamiento de La Rinconada quien también ha contribuido con 40.000 euros.
Recientemente los delegados de Cultura, Hábitat Urbano y Fiestas Mayores del Consistorio rinconero, Raquel Vega, José Manuel Romero Campos y Rafael Reyes, respectivamente, visitaban el templo para ver el resultado de dicha restauración. Estuvieron acompañados por el párroco de la iglesia Álvaro Montilla y uno de los restauradores encargados del proyecto Antonio Gamero Osuna, que explicó todo el proceso llevado a cabo para recuperar esta obra de arte.
El proyecto ha sido coordinado por la Delegación Diocesana de Patrimonio Cultural de la Archidiócesis de Sevilla, bajo la dirección técnica de Antonio Gamero Osuna y Agustín Martín de Soto.
El desmontaje del retablo y su traslado a las salas de restauración permitió una visión inusual del templo, revelando la estructura original de la fábrica. A pesar de la envergadura de la intervención, la actividad de la parroquia se mantuvo en todo momento, adaptándose a las circunstancias.
Los trabajos de restauración han consistido en una profunda intervención en el soporte, consolidando cada pieza afectada por el ataque de insectos y afianzando las partes originales conservadas. Se han ensamblado nuevas piezas, se han repuesto las maderas con capacidad estructural y se han sellado grietas y oquedades. Posteriormente, se ha realizado una limpieza general para eliminar la suciedad superficial, los depósitos acumulados y la cera en superficie, además de retirar los barnices oxidados y los repintes históricos.
“El objetivo de esta intervención fue devolver al retablo su estabilidad material y estructural, recuperar sus valores artísticos y permitir su contemplación tal como fue concebido en su época de ejecución. Se buscó garantizar que la obra restaurada, además de su función estética y patrimonial, cumpliera su papel devocional”, ha explicado Gamero Osuna durante la visita.
Asimismo, aprovechando la intervención, se han adecentado los paramentos verticales y se ha renovado el zócalo, sustituyendo los antiguos azulejos por uno de mármol de mayor calidad, contribuyendo así a la dignificación del espacio sagrado del presbiterio. Además, se ha procedido a la pintura del área y a la instalación de una estructura auxiliar para reforzar el retablo y facilitar su mantenimiento. Asimismo, se ha llevado a cabo una importante actuación preventiva contra los insectos en el perímetro del templo para evitar futuros ataques.
El próximo 27 de febrero el retablo será bendecido y “reinaugurado” por el arzobispo de Sevilla José Ángel Saiz Meneses.
Este proyecto se ha llevado a cabo con el plan EMPLEARTE, mediante el cual se han contratado restauradores que habían colaborado previamente con la Archidiócesis, fomentando así el empleo juvenil. Un equipo de intervención, formado por los restauradores María Barrera, Fátima García, Pablo Tejero y Carmen Gallego, bajo la dirección de los técnicos de la Delegación Diocesana.