Estación de Las Letras ha contado con este reconocido autor que ha presentado su último trabajo publicado ‘La tentación del Caudillo’, una historia novelada en la que analiza la reunión de Hitler y Franco en Hendaya y las relaciones con la Europa en guerra de 1940. En las próximas semanas, la Feria del Libro de La Rinconada contará con Blue Jeans, Luisgé Martín, Carmen Posadas, Megan Maxwell, Pablo D’Ors y Antonio Muñoz Molina. Muñoz Molina recibirá el Premio Factoría Creativa de las Letras 2020 que el año pasado no pudo ser entregado por la pandemia
Las nuevas tecnologías de nuevo fueron aliadas de la cultura y permitieron contar con el escritor Juan Eslava Galán (Arjona, 1948) que mantuvo un encuentro con el público a través de streaming, conducido por el periodista Sergio Moreno. En Estación de las Letras, la Feria del Libro de La Rinconada, Eslava Galán presentó su último ensayo novelado titulado ‘La tentación del Caudillo’, una obra en la que hace un repaso de los acontecimientos y consecuencias del encuentro de Hitler y Franco en Hendaya.El delegado de Educación de La Rinconada, Antonio Marín, dio la bienvenida a Eslava Galán, que además de escritor fue profesor de instituto durante más de 30 años. Así, el edil de Educación destacó que de la mano del área de Cultura se lleva años trabajando para “llevar los libros a los jóvenes, porque entendemos que tienen que formarse y la lectura es fundamental para hacernos diferentes. Interactuar con los propios autores, en esta ocasión a través de las redes, permite que profesorado y alumnado puedan tener material para trabajar”. Además, hizo hincapié en que es necesario leer “no quedarnos en la superficie, sin analizar los temas, la gente joven tiene que aprender que no vale cualquier cosa que aparece en un titular, sino que hay que profundizar y qué mejor que a través de los libros donde se traslada, se reflexiona y se analiza la realidad. Y Juan Eslava Galán es un escritor donde pueden encontrar un trabajo muy documentado, pero al mismo tiempo muy pedagógico e interesante de leer, con toques de humor que facilitan el aprendizaje”.
Al ser preguntado el escritor jienense por el periodista Sergio Moreno, al comienzo del encuentro, acerca de lo que pensaba Hitler de Franco y viceversa. Eslava Galán señaló que “Hitler pensada de Franco que era un militar que no merecía el puesto en el que estaba, ser jefe del Estado, porque pensaba que había tardado mucho en ganar la guerra y era un militar torpe, lo despreciaba. En cuanto a Franco, en un principio tiene cierta admiración por Hitler porque se ha comido Europa, pero cuando se encuentran en Hendaya ya había habido entre ellos un desencuentro”. Y ese desencuentro no era otro que, con la caída de París un poco antes del verano, Franco pensó que el alemán tenía ganada la guerra y pensó que si lo apoyaba estaría del lado de los vencedores y tendría derecho a parte del botín. Ese botín, según cuenta el escritor en la obra, era el imperio francés del norte de África, concretamente el Marruecos francés, además a un buen trozo de Argelia, Orán. “Esa era la idea de Franco, cuando se la propone a Hitler, éste lo desprecia y piensa viene ahora en auxilio de los vencedores porque Hitler también creía que la guerra iba a acabar pronto. Pero transcurre el verano del 40, que es la batalla de Inglaterra y al final del verano se ve que no va a ser posible que los alemanes invadan las islas inglesas”. Entonces Hitler piensa en un plan B: conquistar Gibraltar y cortar la ruta de aprovisionamiento del imperio británico, que viene por el canal de Suez y pasa por Gibraltar. “Por eso necesita que España entre en la guerra y ese es el motivo de la reunión de Hendaya en octubre. Hitler va a convencer a Franco para que entre, pero éste ya se ha dado cuenta de que Inglaterra no está vencida y como la cosa no está clara y España está empobrecida recién salida de la guerra civil, pues no quiere entrar ya en la guerra mundial”.
Eslava Galán explicó que se decidió por este tema en su libro porque “fijémonos en un detalle, el dictador español estaba dispuesto a entrar en la guerra, si lo hubiese hecho habría cambiado por completo la historia de España, porque habría sido del bando de los perdedores junto con Alemania, y el régimen franquista habría caído. Los aliados habrían puesto aquí un régimen distinto, que podría ser nuevamente la república o a lo mejor la monarquía. No hay que perder de vista un detalle: Franco tuvo en la guerra el apoyo no sólo de Alemania e Italia, sino el apoyo encubierto de Inglaterra y EEUU”.En ‘La tentación del Caudillo’ también cuenta el escritor la pobreza en la que se encontraba la población española. Por un lado, narró el autor, una España destrozada por la guerra civil ve como inmediatamente comienza la Segunda Guerra Mundial y los suministros que necesita de los países europeos se ven mermados y, por otro lado, “un gobierno que no se sabe administrar, pone a militares que saben dirigir un cuartel, pero no un país”.
Y como en toda dictadura también existía los intereses por quitar el poder al Caudillo. Así, Juan Eslava Galán explicó que “Franco era de natural desconfiado, pero él fue muy astuto en el sentido de que creó intereses. En un principio, casi todos los militares que habían hecho la guerra con él eran monárquicos y se suponía que cuando acabara la guerra y ya volviera España a ser una España de las personas de orden, como ellos decían, se pondría un rey, bien Alfonso XIII o el hijo, que sería el heredero. Pero Franco pensaba que era una persona providencial que arreglaría España y luego ya cuando muriera dejaría un rey, que fue realmente lo que hizo. Y a estos militares, para que no le movieran la silla, lo que hizo fue corromper a los que se dejaron, no todos, y les dio parte de la industria, consejeros de grandes compañías, para que tuvieran su sueldo y estuvieran así contentos y no lo molestaran demasiado”. Porque el dictador español, según el escritor, “como militar a lo mejor no era la mayor lumbrera del mundo, pero era listo e inteligente, no era tan culto como nos han querido hacer creer, pero era muy dueño de sus silencios. Cuando recibía a alguien dejaba que los demás hablaran y así metía poco la pata y con el tiempo fue haciéndose un estadista. Ya lo vemos, se mantuvo hasta que murió en la cama”.
Sobre su modelo de estado, el escritor andaluz destacó que Franco “ni siquiera era fascista, era franquista, ahora bien, el que le montó el modelo de estado fue su cuñado Serrano Suñer, que ese era un abogado de talento. Suñer dice en sus memorias que cuando llegó a Burgos él se encontró un estado campamental y él fue poniendo las instituciones que podían servirle a Franco para hacer un estado. Obviamente porque era la moda de la época se fijó mucho en instituciones de Mussolini, pero no copio el fascismo como tal, a pesar de que la Falange sí quería copiar el fascismo”. Y en ese ambiente de la época también estaba el mesianismo de los dictadores, salvapatrias, con conceptos como reconquista y reliquias de santos. O que el dictador español tenía en torno a su figura la leyenda de que era un hombre con suerte, con baraka en árabe, y el escritor afirmó que así fue. “Un tiro en el estómago en Marruecos del que sale vivo, tras la Guerra Mundial sale airoso de los aliados y en los años 50, con una crisis brutal en el país decide exportar obreros al extranjero que traen divisas y llegan turistas al país que también traen divisas. Tuvo una suerte loca a lo largo de su vida”.
En cuanto al encuentro en Hendaya, en octubre de 1940, Franco, señaló Eslava Galán, puso como pretexto no entrar en la guerra hasta que España estuviese preparada, dependía el país de la gasolina y el trigo de los ingleses. Un encuentro tenso y que en los meses siguientes hizo que Alemania presionase a España para que se uniese a la contienda. Sin embargo, la invasión de Alemania de la Unión Soviética provocó que la cuestión española acabase en un segundo plano. También comentó el escritor la propaganda de la prensa española hacia el régimen nazi o que EEUU e Inglaterra se encargaron de comprar a militares franquistas para que convencieran a Franco de no entrar en la guerra.
En esta historia novelada, en la que hay mucho humor, también hay personajes novelescos, porque, tal y como destacó Eslava Galán, “he procurado, aparte de que haya fidelidad histórica, que haya humor y que haya un reflejo de lo que era España y Alemania en esa época”.
Para terminar el encuentro, Sergio Moreno le preguntó al autor si creía que los jóvenes conocerían este encuentro en Hendaya que pudo cambiar el curso de la historia de España, a lo que el escritor respondió que “tendríamos que empezar por preguntarles si saben quién era Franco. Muchos no lo saben y no es culpa de los profesores, tenemos el mejor cuadro de profesores que se ha tenido nunca, pero la enseñanza no funciona, porque cada vez que llega un gobierno cambian el sistema”. Además, añadió que considera que se ha perdido la idea “de que para conseguir cosas en la vida hace falta esforzarse. Esa idea del esfuerzo, las nuevas generaciones la están perdiendo y creen que todo se les debe y, quizás, porque los padres las hemos mal acostumbrado”.