Que Cerro Macarena sea BIC implica que “garantizamos el máximo nivel de protección para evitar que se produzca un atentado contra el mismo, pueda tener los máximos niveles de garantía y encarar el futuro para mostrar su enorme valor, que sí conoce la Universidad y comunidad científica”. La Comisión Provincial de Patrimonio de Sevilla notificó en 2017 la resolución favorable para el inicio de expediente de incoación como BIC, desde entonces estaba pendiente de resolución por parte del Gobierno andaluz que, seis años después, ha dado luz verde
Ha sido un camino largo y no exento de trabas, tras seis años de espera, desde 2017, la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía ha dado luz verde a que el yacimiento Cerro Macareno sea declarado Bien de Interés Cultural. En el mes de marzo, la Comisión de Patrimonio dio el visto bueno a la incoación del expediente para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico de Andalucía de este yacimiento como Zona Arqueológica BIC.
Como señala la delegada de Cultura, Raquel Vega, “lo hemos conseguido después de años trabajando con la Universidad de Sevilla y después de que el pleno, por unanimidad, del Ayuntamiento solicitara a la Junta de Andalucía, en el año 2017, el inicio de expediente para la declaración de este yacimiento como BIC. Tras muchos años, el apoyo de la comunidad científica, lo último fue un registro ante la Junta de casi 200 firmas para pedir agilidad en el reconocimiento de este BIC. Lo hemos logrado y es una buena noticia para el patrimonio, para la ciudadanía y para La Rinconada”.
A través del Proyecto General de Investigación ‘Cerro Macareno’, dirigido desde la Universidad de Sevilla, que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de La Rinconada y el Museo de La Rinconada, Cerro Macareno ha acogido diferentes campañas arqueológicas, desde 2017, que tienen como objetivo estudiar este yacimiento del Guadalquivir protohistórico que cuenta con una secuencia de ocupación humana continua de la región, que abarca del siglo VIII al I AC. Según los expertos, el enclave de Cerro Macareno puede considerarse, junto con el Carambolo y Carmona, uno de los mayores hitos historiográficos de la Protohistoria del suroeste de la Península Ibérica.
El que Cerro Macarena sea BIC implica que “garantizamos el máximo nivel de protección para evitar que se produzca un atentado contra el mismo, pueda tener los máximos niveles de garantía y encarar el futuro para mostrar su enorme valor, que sí conoce la Universidad y comunidad científica”, subraya Vega, que destaca que “hablamos de un yacimiento comparable al Carambolo, y que permite conocer ocho siglos de historia, desde el desarrollo y ocaso de tartessos, la transformación de la cultura turdetana, el inicio de la presencia cartaginesa o la conquista romana. Nos permite continuar con nuevas excavaciones, nuevas investigaciones, socializar a una gran desconocida, seguir colaborando con la Universidad y lanzar un proyecto ilusionante que es musealizar el Cerro, con un anillo verde de protección, que nos permita recrear cómo era esa vida y las civilizaciones que lo ocuparon. Una reconstrucción de nuestra historia a través de tres ejes fundamentales: tartessos, el período turdetano y Roma”.
También informa que el Ayuntamiento continuará colaborando con la Universidad y sus proyectos de investigación, para conectar también el Grado y el Máster de Arqueología. “Queremos un yacimiento escuela, ir de la mano de un museo vivo, que permita profundizar, continuar con excavaciones, de la mano de otras Administraciones, con una ruta guiada al que nos permita conocerlo en profundidad y, sobre todo, saber más en cuanto a la forma de construir, arquitectura, urbanismo, economía, técnicas de construcción...”.
El expediente técnico incluye unas instrucciones particulares para la preservación del estado actual de la Zona Arqueológica del Cerro Macareno (en adelante ZACM), tanto en el bien mismo como en el entorno donde se ubica, y regular tanto el desarrollo de los usos y aprovechamientos consolidados en el área, como la implantación de otros nuevos en el citado entorno, de manera que los mismos sean compatibles con los valores patrimoniales reconocidos en la zona arqueológica.
En concreto, la finalidad de las instrucciones particulares del entorno es el mantenimiento del paisaje en el que conviven elementos del patrimonio cultural y del paisaje rural y urbano, adecuando la continuidad de los usos y actividades a la preservación de sus valores e introduciendo y favoreciendo su conocimiento, difusión y uso social. Asimismo, también es objetivo en esta área el desarrollo de tareas preventivas para la protección del posible patrimonio arqueológico que se conserve en su subsuelo.