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Historia de La Rinconada

La Independencia Municipal

Al llegar los Borbones y la administración moderna, al llegar el s. XVIII, al verse anticuado ya el sistema de alfoces y Fueros, "se refundó" nuevamente La Rinconada al permitirnos la independencia de Sevilla –por eso la flor de lis de los Borbones en el otro campo de nuestro escudo– y la consolidación de nuestro extenso Término con sus alquerías, graveras, bosques (algunos muy abundantes en jaras, "La Jarilla"), cotos de caza y Dehesas (la Dehesa Nueva, la de Chapatales, la Boyal), pero todo con un pequeño peligro, el de las inundaciones, peligro al que nos llevaba la poca altura del terreno, la cercanía del gran río y la abundancia de arroyos como el Almonazar.

Las Pavas, El Mocho y, sobre todo, el que por aquí pasase la "madre vieja" del Guadalquivir (…) en cuanto las aguas no cabían en el cauce grande y moderno de los Vados de las Estacas y Doña Luisa, la corriente se encaminaba por esa "madre vieja" y se presentaba en la Caldera y en el pueblo al que inundaba “casi” entero, pero solamente “casi” porque siempre se salvó la pequeña colina en la que se asentaron los romanos y los visigodos y los musulmanes primero, y donde los Reyes Don Fernando y Doña Juana, después, pusieron aquel Hospital de sangre en el momento de la conquista de Sevilla.

Por Manuel Alfonso Rincón
(Historiador Local)

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